jueves

El Hipopótamo de Pau

Siempre que salgo de Safari a pie por la sabana del parque nacional de North Luangwa pienso que cualquier cosa puede suceder. Estamos en uno de los lugares más salvajes del planeta donde cada día el drama de la vida y la muerte se va sucediendo entre los animales salvajes. Aquí somos un animal con pequeñísimas posibilidades de sobrevivir ante el ataque de muchos de ellos. Todas las precauciones son pocas y siempre vamos con todos los sentidos a flor de piel y con las armas necesarias para evitar un ocasional ataque. Aunque para todos los animales somos peligrosos e instintivamente huyen en nuestra presencia. Yo siempre voy con mi bocina, un instrumento a gas que emite un sonido estridente que muchas veces es suficiente ante la carga de algún animal incontrolado.

Esa mañana salimos hacia el Sur, generalmente encontramos Búfalos en las explanadas y en los lagos secos suelen merodear los Leones. También pasamos por el Lago Verde y por la charca de Soltaire, el viejo hipopótamo. Abría la expedición nuestro Scout, le seguía Boston, nuestro tracker, detrás iba yo seguido de mis clientes, la familia Bonet y Bernat, un amigo de los mismos, que siempre nos había comunicado sus miedos, pero he de decir que ese día se comporto como todo un valiente. ¿Qué fue lo que sucedió?.

En cada safari les doy a mis clientes todas las indicaciones necesarias a seguir ante la eventualidad de un ataque animal, raras, muy raras veces ocurre, pero ante estas circunstancias debemos enseñar que es lo que se debe hacer. Básicamente se debe permanecer en silencio y quietos, muy quietos, detrás mío. Hay que dejar hacer a los profesionales, que rápidamente tomaran la alternativa y todo será simplemente una anécdota para recordar.

Esa mañana, nada mas terminar de dar esta charla a mis clientes, nos topamos con un hipopótamo cabreado, además, pensé yo, estábamos entre el y el agua…. mal asunto, le estábamos cortando su camino de huida hacia el agua, ellos en el agua se sienten seguros y nosotros le impedíamos huir… me di cuenta de la peligrosidad del momento, el Scout y el Tracker también, así que mientras yo les hacia señas a mis clientes de que se agrupasen detrás mío, el Scout trató de asustar al Hipopótamo, que lejos de reaccionar huyendo en sentido contrario reacciono con un poderosa carga hacia nosotros… parecía una locomotora… en ese momento vi, por el rabillo del ojo, como casi todos mis clientes salían corriendo ¡!!, a excepción de Pau y Bernat, inmediatamente comencé a dar palmadas, y entre las palmadas y el sonido de mi bocina el animal cambio de rumbo y huyo internándose en la sabana. Todo termino, aunque tuve que buscar al resto de mis clientes desperdigados por la zona.