domingo

Honorable Rey Chifunda

El otro día fui a visitar por primera vez al nuevo Rey de los Chifunda, es el hermano mayor del antiguo. Aun recuerdo los funerales de mi amigo, el ultimo Jefe Chifunda.


El Jefe Chifunda ha muerto, me lo comunican por radio desde Control, yo voy conduciendo. La noticia es de suma importancia para todos los pueblos de alrededor, en Delia trabaja su hijo Mikron. La noticia me la vuelven a dar por radio desde la base Scout de Luelo y una vez más mis empleados desde el coche de suministros, aquí casi todo se trasmite a través de la radio,,, no hay teléfonos ¡!!!!!.

El Jefe Chifunda era un gran Jefe. Le conocí el año pasado, seguidor de tradiciones, en mi primera visita, sus consejeros me hicieron salir de la cabaña principal y volver a entrar siguiendo rigurosamente el protocolo, mi ignorancia me hizo ser un mal educado. Una vez me enseñaron como debía presentarme ante el, lo hice de forma exquisita. Así me arrodille y di tres palmadas en su presencia, el sonrió. No sabía hablar Ingles con soltura así que nos servían de intérpretes sus consejeros. Nunca me pidió dinero, cosa que en estos días suele ser habitual en estos monarcas. El solo me deseaba suerte en mi proyecto y trabajo y prosperidad para su gente, en definitiva, me dio muy buena impresión. Después de esta visita se sucedieron muchas mas, me gustaba ir a verle, su apoyo era siempre muy positivo en cualquier iniciativa, incluso le presente alguno de nuestros clientes, lo cual le hizo mucha gracia y le agrado sobremanera.

Antes de su muerte yo sabia que estaba enfermo, su hijo me mantenía al corriente, incluso fui a verle unos días antes del desenlace y postrado en la cama me recibió. Estaba muy deteriorado y me entristeció.

Siempre recuerdo, no sin cierta emoción, la carta que me escribió el jefe cuando contrate a su hijo, aquí os reproduzco el texto, aunque me produce cierto pudor reproducirla al público creo que se ve su gran calidad humana, es por esto por la que accedo a compartirla:

Dear Ramon,
I am so grateful to have this opportunity to comunicate with you at this time. Hoping that you are doing alright.
I am so glad for the person you have sent to call my son. May God bless to you and I wish you a good life.
My son has done different types of works including driving and he even has a licence. Please he is now in your hands, give him whatever sorth of job you think would be appropiate for him. Any permanent job suitable for him, please do grant him.
I have sent you about 10 kilograms of rice so that you test it.
If you find time, please you can come so that we may meet. I am more than happy for what you have done for me and my family, particulary my son.
Wishing you all the best of luck now and for ever. May god bless you.
Yours Sincery,
GY Sakala
Honourable Chief Chifunda


Consulte con alguno de mis empleados de confianza, todos creían de yo debería ir al funeral del Jefe, pero considerando que entre mis empleados hay muchos Chifunda y que además el hijo del Jefe es su compañero decidí que deberíamos ir todos, y así fue.

Nos dirigimos a Luelo donde se encuentra el Palacio del Jefe, aquí hay que seguir el protocolo rigurosamente, nada más ver nuestros coches aparecer salio el guardia personal del Jefe, con un uniforme antiguo, colonial, color caqui con hombreras de color rojo, las botonaduras eran doradas, nos dijo que para entrar al funeral, según el protocolo, había que entregar un regalo o en su defecto una cantidad de dinero en la puerta, después de entregárselo al portero entramos dentro, donde tenia que saludar al consejo de ancianos y darles un nuevo regalo. Llegar al consejo fue todo un logro, era realmente impresionante la gente que había, además me observaban divertidos, yo era el único Muzungu en el Palacio. Hombres tocando los tambores sin parar, mujeres y hombres bailando en trance, algunos cantando, otros chillando. Mis empleados y yo nos sentamos en el suelo junto al consejo de ancianos, en otra parte del recinto varios hombres despedazaban un Hipopótamo, dos Búfalos y dos Impalas, los desechos los apilaban en una montaña infernal llena de sangre y moscas y las partes comestibles las echaban en agua hirviendo. La fiesta era una mezcla de alegría y pena, es difícil definir el estado de la gente, olía mucho a vino, casi todos estaban bebidos y los que danzaban se acercaban hacia nosotros… dice el protocolo que si se acercan a bailar debes acompañarles y si no lo deseas darles un regalo para que te dejen en paz. Pero lo que fundamentalmente había era un grandísimo respeto al que fuera su Rey, el Jefe Chifunda. El funeral duró dos semanas y durante ese tiempo no dejaron de sonar los tambores, fue sin duda una de las experiencias más impactantes de mi vida.

1 comentario:

Nuria B. Arenas dijo...

una historia tremendamente vital a pesar de que el tema es justo lo contrario
me ha gustado muchísimo
describes un pueblo muy pasional, generoso y recto... es bueno saber que la "fauna humana" no siempre es portadora de guerra, estupidez y destrucción