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Babuinos Carnivoros

Como cada mañana salimos de Safari. De verdad que aunque haga mas 100 safaris a pie cada año en el mismo Parque Nacional no hay ninguno parecido, cada día la Sabana Africana nos enseña algo distinto, especial, a veces dramático a veces conmovedor.

El Safari se desarrolla de forma normal, andamos hacia las explanadas. Este es un lugar en el que siempre vemos animales, los Pukus y los Impalas están pastando distraídos muy cerca de nosotros, y cuando nos ven salen en estampida haciendo que el suelo bajo tus pies vibre y retumbe. Es común ver por la vecindad a un gran rebaño de Búfalos, que en un número superior al millar tienen que venir a beber del río cada día, y en días de sequía incluso dos veces. A los Búfalos les siguen los Leones y normalmente los tres enormes machos de la manada de esta zona patrullan el lugar rugiendo fuertemente. En definitiva y como os decía, es un lugar lleno de vida.

Después de visitar las explanadas nos adentramos en la Sabana, aquí andamos con más cuidado, la visibilidad es menor, la espesura es mayor y podemos sorprender a algún animal asustado. De vez en cuando salimos al río para observar alguna baña de Hipopótamos, que a medida que la sequía aumenta se hacen más numerosas y comprimidas. Vemos alguna situación curiosa como unas Mangostas que tratan de robar los huevos de un nido de cocodrilos y como su mama nada desde la otra parte del río a defenderlo, y cuando llega las ataca lanzando dentelladas al aire haciendo que el ruido nos corte la respiración.

Seguimos nuestro Safari y de nuevo nos adentramos en la espesura, después de andar unos metros comenzamos a escuchar algo desconocido, que nos deja petrificados a todos, incluso el Scout no sabe identificar su procedencia, nos miramos con cara de sorpresa sin hacer el mas mínimo ruido, es como el llanto de un niño, exactamente igual…. ¿Qué es eso?.

Inmediatamente reaccionamos y nos pusimos en marcha a paso ligero, directos a la procedencia de ese llanto. Pronto oímos mas revuelo, pisadas sobre hojas secas, carreras, peleas y el inconfundible ruido de los Babuinos cuando se pelean. Y más adelante vimos algo escalofriante, vimos como varios machos de Babuino, los más grandes del grupo, le habían arrebatado su pequeño a un Bushbock. Este emitía ese llanto tan parecido al de un niño mientras su pequeño era despezado por los primates, sin duda alguna muy hambrientos a causa de la sequía.

Desde ahora puedo decir sin temor a equivocarme que los Babuinos también comen carne, e incluso cazan, algo que anteriormente ha sido negado reiteradas veces. Es cierto que la mayoría de los antílopes cohabitan pacíficamente con los Babuinos e incluso se ayudan en sus señales de alarma contra los depredadores más importantes como Leopardos, Leones y Hienas, pero no olvidemos que poseen poderosos caninos dispuestos a todo en los momentos difíciles de adversidad y sequía.

1 comentario:

Nuria B. Arenas dijo...

lo que me resulta más asombroso de las historias que nos relatas es el poder realizar el safari a pie avistando felinos y otros depredadores... es emocionante y sorprendente!