lunes

El pequeño Willy



Son las 18 horas y no falla. Cada tarde un pequeño hipopótamo sube con dificultad el escarpado banco del río Luangwa, aparece casi delante del Bungalow numero tres, es pequeño, pero anda confiado hasta la piscina, donde cada tarde le espera su cena. Willy tiene nueve meses, y le conozco desde que nació. Su familia estaba instalada frente a nuestra terraza y le veía, muy pequeñito, jugar y correr alrededor de su madre. Era tan pequeño que me recordaba a mi perro, cuando le veía no podía dejar escapar una leve sonrisa mezclada con la amargura del sentimiento del ser querido que muere, mi Bulldog falleció el año pasado. Me recordaba muchísimo a el. Los hipopótamos son animales gregarios, las bañas las forman familias completas, y estas bañas, en situaciones difíciles de sequía o peligro, se juntan con otras más, hasta formar unidades de más de trescientos ejemplares, como las que tenemos en el Parque Nacional de North Luangwa. Este no era el caso de Willy, su familia era pequeña, tan solo eran ocho hipopótamos y nació el pequeño Willy para ser nueve, del agua muchas veces salían a sestear a la luz del sol, en la orilla del río y Willy no paraba de corretear y de incordiar a todos. El río Luangwa va perdiendo agua drásticamente a medida que la estación seca se prolonga, y los hipopótamos se van trasladando hasta encontrar aguas que les cubran por completo. Así la familia de Willy se fue desplazando unos metros hacia el Sur. Un buen día desaparecieron. No volvimos a verlos, y supuse que se habían desplazado, pasando la esquina del río de la que tenemos visibilidad desde el campamento. No volví a preocuparme por ellos, me dio pena no poder disfrutar de su compañía, y para los clientes era un aditivo adicional a la extraordinaria naturaleza que nos envuelve. Pero un buen día descubrí una manchita oscura en el otro margen del río, rápidamente cogi mis primaticos y vi al pequeño Willy, solo, muy solo, durmiendo en la arena del río. Me quede paralizado, ¿Qué estaba pasando?, Willy permaneció allí durante días, y por la noche cruzaba el río para pastar en el poco césped que teníamos en Delia Camp, era demasiado pequeño para subsistir solo, ¿Dónde estaba su madre?, ¿Y su familia?, son incógnitas que nos hicimos en su día, su madre nunca le hubiera dejado solo tan pequeño, suponemos que murió, presa de los leones o de alguna enfermedad fatal. Fue entonces cuando Willy empezó a aparecer en Delia, cada noche, y así empezamos a procurarle alimento, de otra forma hubiese muerto con toda probabilidad, junto a Delia, en un recodo del río ha ubicado su casa, escondido pasa los días sumergido en el agua y rodeado de un montón informe de palos y ramas que le hacen invisible al resto de los animales, ya ha crecido un poquito mas y aunque tiene cerca de nueve meses sigue siendo tremendamente vulnerable a los Leones e incluso a otros Hipos. La otra noche apareció en Delia un enorme Elefante macho de tres metros y medio de altura, y junto a la piscina empezó a comer una Palmerita que recientemente había brotado, justo junto a la comida de Willy y a la hora que Willy aparece, y efectivamente, mientras observábamos ensimismados, a escasos metros, como el Elefante comía vimos a Willy aparecer rápidamente preocupado por su cena, se acerco sin recato, derecho a por su ración, y el Elefante en una mezcla de indignación y sorpresa le echo del lugar muy suavemente, nuestro pequeño Hipopótamo lejos de intimidarse volvió a su sitio y al final fue graciosamente tolerado por el enorme proboscidio que no comió ni un gramo de su comida.

Hoy estoy observando la casita que Willy tiene en el río mientras escribo estas líneas, y estoy preocupado, el río baja su caudal drásticamente, la sequía se hace dueña del entorno y no terminan de llegar las lluvias, que quizás se demoren hasta Noviembre, cada vez hay menos agua y de vez en cuando veo a Willy escarbar con las patas para conseguir mas profundidad de agua en su lecho, no se que va a pasar, pero su madre no tuvo tiempo de enseñarle que cuando falta agua en el río hay que buscar otras zonas donde vivir, hay que bajar el cauce del rió para poder encontrar zonas mas caudalosas. La protección natural de un Hipopótamo es el agua, sin ella esta acabado. Espero que Willy lo consiga y pueda verle el año que viene hecho todo un chaval volviendo a Delia para buscar la cena.

1 comentario:

Nuria B. Arenas dijo...

yo creo que Willy lo conseguirá... parece un pequeño hipo con mucha suerte :)